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ТПП исп лекции и материалы / 2. La palabra en la teora de la traduccin.doc
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Géneros de información interlingüística (auxiliar)

La información auxiliar tampoco es uniforme. Es conveniente subdividirla en información propiamente gramatical, la cual refleja, como dijimos anteriormente, el contenido de las llamadas categorías gramaticales vacías, y en información formal, en la cual se expresan los conocimientos del plano de la expresión de la palabra. La información formal auxiliar se termina por las unidades unilaterales de la lengua (los fonemas), los cuales no poseen ni plano exterior, ni plano del contenido, no contienen significados; aunque esto no quiere decir que estas unidades no sean informativas.

Estas unidades contienen una información inmanente no semántica sobre las leyes de yuxtaposición, combinación, interacción y variabilidad de los sonidos. Los fonólogos y fonetistas tratan de poner al descubierto la esencia de esta información.

La forma no es sencillo recipiente del contenido. Los vínculos que unen la forma con el contenido son complejos, los cuales a veces están condicionados mutuamente. Es necesario señalar, además que la forma en sí es substancial e informativa en el sentido de que ella oculta la información sobre sí misma, sobre la estructura interna de la forma, la cual a veces los científicos descifran con dificultad.

Sin embargo, en la teoría de la traducción no se practica este tipo de desciframiento y se le presta atención a las unidades formales cuando éstas por voluntad propia del autor se dotan de funciones especiales, por ejemplo, de funciones artísticas y asociaciones con valor extralingüístico. En las imitaciones onomatopéyicas, aliteraciones, en algunos tipos de juegos de palabras los fonemas y sus combinaciones adquieren «un contenido exterior», es decir, están ligados a la transmisión del contenido extralingüística.

Tipos y géneros de información léxica

Información constante (lingüística)

Información ocasional (del habla)

Extralingüística (significativa)

De sentido (semántica)

Asociativo-figurativa

Expresivo-emocional (estilística)

Expresivo-emocional (creadora de palabras)

Socio-local (de estilo)

Alusiva

Cronológica

De fondo

Diferencial

Lingüística (auxiliar)

Gramatical

Formal

Significado y sentido

En todo caso la traducción debe reproducir el sentido que le atribuye el autor y es cierto que la misma oración puede entenderse de distinta manera dependiendo de la situación comunicativa. Si la traducción no facilita esa finalidad, será inútil continuar el trabajo. La traducción verdadera se realiza a nivel de los grandes signos, de los macrocontextos, del mensaje íntegro, no de simples series de lexemas o de fragmentos aislados del discurso. Veamos adelante cuál es la correlación entre el significado y el sentido del texto.

La traducción es un proceso que sobresale lo lingüístico y en su esencia es un proceso de comunicación interlingüística e intercultural donde tienen un papel importante los factores extralingüísticos. Z. Lvovoskaya señala que el desarrollo algo tardío de la teoría comunicativa de la traducción ha sido y sigue siendo la razón principal de algunos malentendidos que provocan hasta hoy en día las disputas sobre el concepto de equivalencia y de adecuación en la traducción.

Asimismo cabe señalar que a la hora de traducir es indispensable distinguir entre el significado lingüístico de las unidades y el sentido entendido como la actualización del significado en cierta situación comunicativa.

El significado es una categoría lingüística que tiene naturaleza histórico-social.

Cualquier tipo de significado tiene su referencia en la realidad, sea material o virtual, o sea imaginario. Y la sucesión de enunciados que esté correctamente constituida desde el punto de vista de las normas lingüísticas y lógicamente vinculada tiene un significado pero no tiene sentido, o sea no es un texto y no lo será mientras no esté relacionado con los factores relevantes de una situación comunicativa dada. El mismo contenido lingüístico puede dar lugar a muchos textos de destino, y a veces hasta de contrario sentido en función de las diferentes situaciones comunicativas y funciones pragmáticas que les atribuye el hablante.

Por ejemplo, la oración Hace frío en diferentes situaciones comunicativas puede implicar diferentes sentidos, a saber:

— hace falta encender un calefactor;

— debes abrigarte bien antes de salir (vestir una pelliza; ponerte una bufanda, etc.);

— hace falta cerrar bien las ventanas;

— volver a casa en vez de pasear más.

La frase ¿Por qué no has apagado la luz? puede ser una pregunta directa y un reproche a la persona que no ahorra electricidad.

El significado de cualquier unidad lingüística tiene naturaleza enciclopédica, puesto que los significados no sólo fueron elaborados y acordados por la sociedad, sino porque se aprenden también en el transcurso de la actividad colectiva. Cada comunicante concibe e interpreta el significado lingüístico en función de sus motivos y objetivos, de sus conocimientos extralingüísticos, valores y preferencias, y es precisamente aquí donde se abandona la esfera del significado (la lingüística) y se entra en la esfera del sentido (comunicación).

De tal modo se puede concluir que el sentido lo componen las siguientes constituyentes 1) el contenido del texto; 2) la información contextual; 3) la información situacional; 4) la información enciclopédica.

Veamos el ejemplo de la obra de F. García Lorca y su traducción ucraniana de M. Lukash:

La noche quiere compañía (Lorca). Чого вночі самій блукати?

Como se puede ver, la traducción de la frase española en ucraniano coincide en cuanto a su sentido, pero el significado de cada una de las frases citadas analizadas desde el punto de vista del significado de los componentes de las frases y las oraciones podrían tener distinta traducción.

Mientras que la categoría de significado es lingüística, la categoría de sentido es comunicativa. Z. Lvovoskaya llega a concluir que es una categoría extralingüística y subjetiva y que es producto del motivo y el objetivo de la actividad comunicativa del individuo en una situación dada. En cuanto a la comunicación monolingüe el mismo sentido puede ser expresado mediante diferentes oraciones con distintos significados lingüísticos, en la comunicación bilingüe esta probabilidad no sólo va creciendo sino que se hace indispensable por causas tanto de índole lingüística como extralingüística que se solapan. De ahí se puede deducir que tanto los significados lingüísticos como sus formas verbales son variables. La única cosa que sigue invariable es el sentido: el sentido del TO, concebido por el autor; el sentido que debe extraer el traductor durante la captación del TO y el sentido del TM que se interpretará por el receptor.

La invariable traductora es el nexo que vincula la traducción con el texto original estableciendo una determinada relación de equivalencia. Z. Lvovoskaya dice que la invariable es el sentido, una categoría comunicativa y subjetiva que desempeña un papel prioritario en la comunicación y en la traducción.

Se distinguen tres componentes en la estructura del sentido del texto: el semántico, el pragmático y la situación comunicativa.

Lleva mucha razón R. Jacobson cuando dice que "en la traducción lo más importante es lo que debe ser traducido y no lo que puede ser traducido (expresado)".

El sentido del texto depende mucho de la mentalidad, concepción del mundo, costumbres, valores, así como de la misma realidad en que se mueve el individuo, o sea, de los múltiples factores que forman el polisistema cultural y la idiosincrasia de todos y de cada uno de sus representantes.

Al mismo tiempo no se pueden menospreciar los significados lingüísticos que llevan los elementos y las estructuras verbales, ya que al ser el material constructor y formador de los pensamientos constituyen recursos de su formación en el sentido más amplio de la palabra.

De lo dicho anteriormente se pueden sacar dos conclusiones que son de suma importancia para la traducción:

• el significado del texto no informa de manera unívoca de su sentido (pero muchas veces existe este paralelismo);

• la equivalencia formal, aparte de ser a veces imposible, no garantiza necesariamente la equivalencia comunicativa, incluso en el caso de que aquélla sea posible.

Cualquier texto correctamente construido consta de dos componentes: el semántico (lingüístico) y el pragmático (extralingüístico). El componente lingüístico se subordina al pragmático. El tercer componente es la situación comunicativa, cuya función es triple: motiva, determina y actualiza el sentido del texto. El autor del texto elabora el programa conceptual de su actualización verbal (componente pragmático) y elige la estrategia de su realización (componente semántico) a partir de los factores relevantes para la situación y el receptor reconstruye el sentido subjetivo del texto (componente pragmático) correlacionando el contenido semántico y la situación comunicativa.

Por lo tanto, la conclusión que se puede sacar consiste en que las cuestiones lingüísticas, tanto gramaticales como léxicas de la traducción se solucionan teniendo en consideración los factores pragmáticos y la situación comunicativa. Cualquier lengua posee distintos medios para expresar el mismo significado; el sentido del enunciado (del acto de habla, del mensaje etc.) se basa en las reglas de comportamiento lingüístico en unas situaciones estereotipadas, pero siempre existe la posibilidad de encontrar casos en los que el sentido no cuadra en los significados lingüísticos regulares, y esta tendencia es aún más pronunciada en el caso de los textos autoritativos y expresivos. Cuando hay varios medios para expresar el mismo sentido hay que valorar bien los factores que forman la situación comunicativa y de ahí ya tomar una sola opción que sea óptima según el traductor, que es el mediador, el juez supremo que decide qué medios son relevantes y qué cambios hay que hacer para conseguir una traducción adecuada.